En ambos casos debemos elegir un continente rígido, que evite cualquier deformación del sombrero, y que sea lo suficientemente amplio (que sobre unos 4 cm. aproximadamente por cada lado) para que no tengamos que forzar el ala o cualquier otro tipo de ornamento del sombrero, ya sean plumas, flores, etc., para posteriormente cerrar el recipiente.
Cuando lo vayamos a guardar, deberemos utilizar papel de seda, colocándolo en el interior del mismo, y dejar sobresalir el papel otros 3 cms. aproximadamente por debajo del sombrero para que quede suspendido en el aire (en volandas), y así evitar que tanto los bordes del sombrero como el ala frontal -si tuviese-, rocen la base interior del continente.
En mi opinión, la sombrerera es lo mejor que podemos utilizar para conservarlo ya que, además de que está destinado para ello, si escogemos una original y bonita, decorada a nuestro estilo, nos puede servir incluso de adorno en nuestro dormitorio, dejando espacio en el armario para otras prendas que sí deban ser instaladas en el guardarropa.
Aquí os dejo algunas muestras:
En el caso del transporte, tenemos que tener especial cuidado en la manipulación del mismo, y asegurarnos de que el sombrero quede lo más sujeto posible en la caja, evitando que se pueda mover tanto vertical como horizontalmente. Así pues, en este caso también utilizaremos alguna hoja de papel de seda por encima del sombrero, colocándola/s según nos vaya indicando la propia estructura de éste, y después cerrar la caja o sombrerera.
Para limpiar el sombrero, tendremos que tener muy en cuenta los útiles que empleemos para limpiarlo. Si lo que queremos es cepillar el sombrero (de fieltro, lana afieltrada, ante) lo haremos con un cepillo de alambre, siempre peinándolo en la misma dirección del pelo. Si se hubiese ensuciado durante su uso, antes de acudir a nuestra tintorería, lo mejor es visitar al sombrerero o sombrerera donde lo hayamos adquirido para que nos aconseje (puesto que nadie mejor que ellos conocerán los tejidos que han utilizado) o, por el contrario, buscar un sitio especializado para su limpieza.
Si se trata de un sombrero de otro material, imposible de cepillar (yute, sinamay, plumas…), para quitar el polvo que haya podido coger durante su uso, podemos utilizar, en su más baja potencia, un secador de pelo en su versión fría, y aplicar el aire desde una distancia de 40cms. aproximadamente para no deteriorar el material.
Espero que os hayan servido de ayuda todos estos consejos.
Nunca desestiméis la vida de un sombrero.